El coste de la campaña electoral de Vecinos por Algete

Por Sergio Velasco

Como vecino de Algete veo estos días todo tipo de propaganda electoral en nuestras calles y barrios: banderolas en farolas, carteles, pancartas, todo tipo de merchandising publicitario, folletos de alta calidad, papeletas electorales buzoneadas, spots de televisión, cuñas de radio, vehículos serigrafiados, atracciones para los niños, todo tipo de degustaciones gastronómicas…

Uno, que participa activamente en la vida política de este pueblo, no tiene más remedio que preguntarse por qué los recortes no han llegado a la campaña electoral, sobre todo de los grandes partidos políticos de este país. Son varios años ya diciéndonos que nos tenemos que apretar el cinturón, que hemos gastado por encima de nuestras posibilidades, que hay que sacrificar derechos sociales en aras de rebajar el déficit, que todos debemos sacrificarnos un poco. Y en el plano local el sacrificio parece mayor: una deuda municipal que llega a los 38 millones de euros, ausencia de una oferta variada de ocio para los jóvenes (excepto los dos últimos meses, benditas elecciones), un deficitario transporte público, problemas de liquidez para pagar las nóminas de los empleados municipales… Pero viendo toda la cartelería, los anuncios en medios de comunicación, los catálogos a todo color y papeletas electorales que nos han llegado a los buzones, los mítines (ahora parece que está de moda llamarlos “anti mítines”) y salidas a regalar merchandising a todas horas con el consiguiente gasto de organización... uno se enfada y piensa que parece ser que hay dinero para unas cosas pero para otras no. 

Dentro de la opacidad que nos tienen acostumbrados nuestros partidos nacionales, y por extensión, sus agrupaciones locales,  no sabemos el dinero destinado a dicha campaña, y sería interesante saber el coste de todo esto (y no vale la excusa “nos lo mandan de la sede de Madrid”). Por si fuera poco, en estos tiempos de elecciones oímos por parte de todos los partidos políticos, unas palabra muy recurrente: “transparencia”, “eliminación de gastos innecesarios”, “coherencia”, etc. Pero de lo que no nos cabe la menor duda es que cada partido las interpreta de una forma muy diferente.

Para Vecinos por Algete el significado de transparencia, por ejemplo, es publicar nuestras cuentas anuales, publicar la declaración de bienes de nuestrocandidato o publicar lo que nos ha costado la campaña electoral. Y aquí están las cifras:

A estos gastos hay que añadir otros apuntes “gratuitos” como son el diseño de toda la papelería y cartelería, la impresión de otros 2000 programas, 500 cartas, folletos y cartelería del acto central de campaña con nuestras impresoras personales, el doblado y ensobrado de la carta de presentación y lápiz de regalo, el buzoneado de la propaganda, la grabación y montaje de los videos y spots electorales, las fotografías de la lista electoral, el trabajo en la barra del acto central de campaña, el transporte de material (gracias como siempre a la peña TeTrinka por dejarnos las barras), etc. trabajos todos realizados por afiliados y simpatizantes de Vecinos por Algete.

Y no voy a entrar en el debate de la financiación de los partidos políticos, que como sabemos se financian con subvenciones y con aportaciones privadas, pero creo que deberían haber dado ejemplo y haber sido más austeros también en Algete a la hora de publicitar su campaña. Y además ser transparentes y publicar sus gastos de campaña. Pero parece que eso, cuando lo que se pretende es conquistar el poder, queda relegado a un segundo plano. 

Seguimos pensando que hay que cambiar la política tradicional, que hay que utilizar la imaginación para llegar a la gente. Nuestra pegada virtual de carteles, el uso de las redes sociales para difundir nuestros videos, o incluso la mensajería instantánea mediante el móvil son un ejemplo de cómo con las nuevas tecnologías nos podemos ahorrar muchos euros en publicidad electoral y difundir nuestras propuestas. Y parte de ese dinero ahorrado destinarlo a servicios como la educación, la sanidad, el transporte, la mejora de los polígonos, la revitalización del comercio… Esos mismos asuntos que en los programas electorales todos llevamos y queremos mejorar.