Por Patricial Torralba
En las últimas décadas el concepto “Medio
Ambiente” ha tomado protagonismo en todos los discursos de programas políticos,
en proyectos institucionales, en los manuales corporativos de las empresas y en
los objetivos de la mayoría de las asociaciones. Pero, en nuestra opinión, se trata de
entender que el medio ambiente es una realidad que hay que proteger, no una
idea sobre la que verter ríos de tinta, o toneladas de palabras vacías. Así que siguiendo esta premisa,
intentaremos ser breves en este artículo. Porque más que de hablar, se trata de
pasar a la acción. De conseguir objetivos.
¿De verdad es tan importante este asunto
medioambiental? Existen todavía muchos vecinos que lo ven como algo secundario,
que no nos atañe en primera instancia, que los daños lo sufrirán generaciones
posteriores... Que lo arreglen otros... Qué limpien otros que para eso pago
impuestos...
Evidentemente, nos va a ser difícil
convencer a los que ya tienen las ideas claras, pero educar en una conciencia
de cuidado de nuestro entorno es fácil y muy eficaz. Porque de lo que se trata,
es precisamente de que no tengamos que limpiar tanto. Se trata de ensuciar
menos, en todos los sentidos.
Hay campañas de concienciación que han
surtido mucho efecto. Y ese es el camino a seguir: cada vez se usan menos
bolsas de plástico de los comercios, cada vez más se usan mejor las papeleras y
los contenedores de reciclaje, cada vez más vecinos recogen los excrementos de
sus mascotas... Sí, hay mucho por hacer, y a eso vamos. ¿Cómo? Educando,
convenciendo, con el ejemplo. Cada vecino se debería convencer de que vaciar un
cenicero repleto de colillas al aparcar es no solo incívico, sino además
insalubre. Si no se convence él mismo lo intentaremos los vecinos, con
educación, claro. Porque a las bravas no se convence, no se educa, se seguirá
cometiendo la misma falta en otro momento o en otro lugar.
Potenciar el comercio local, no solo es
una de las bases de nuestra apuesta económica, sino también medioambiental.
Debemos conseguir que los productos que consumimos no lleven incluidos cientos
de toneladas de combustible, kilovatios de refrigeración, montones de envases
prescindibles... Y eso se logrará cuando entendamos que consumir por ejemplo un
yogur de leche de vacas eslavas, con frutos de los bosques andinos, aunque nos
cueste poco en el hiper, no es barato. Los litros de fuel quemados y expulsados
a la atmósfera, o al mar, no son gratis.
Los pagamos todos, en el precio del petróleo, en el aire tóxico que nos
queda, en el planeta más pobre. Y si eso no es suficiente por parecernos
lejano, debemos tener en cuenta, que también estamos frenando el desarrollo de
los ganaderos y agricultores de nuestro entorno, por ejemplo, nuestros hijos,
nuestros vecinos...
Algete tiene que proteger su entorno. El
río, los arroyos, los árboles, las veredas y las zonas verdes. Porque si
cuidamos el agua, vendrán más aves y se enriquecerá nuestro ecosistema. Porque
si cuidamos nuestros árboles y plantamos más, respiraremos mejor. Porque cuesta
poco y nos sale muy rentable. Por eso queremos convencer a las familias
algeteñas de que deben hacer un consumo responsable del agua, calefacción y
aire acondicionado. Hoy en día es fácil este objetivo, porque la crisis en este
aspecto nos beneficia. Pero sería importante darnos cuenta que en vacas gordas,
deberíamos ser austeros en este sentido. Siempre hemos de ser tacaños a la hora
de gastar recursos finitos, obvio, ¿no?
Otro reto que tenemos entre ceja y ceja
es el crear una red entre vecinos, de coche compartido. ¿Tiene algún sentido
que Pepe y Manolo vayan al mismo sitio a la misma hora y en coches
diferentes? Esta red, en la que prima
la confianza por el hecho de que somos vecinos, ya funciona con éxito en otros
municipios. Claro que habrá muchos que seguirán usando su vehículo en solitario
por comodidad, o porque no les venga bien compartir. Pero los que nos apuntemos
a esta red ahorraremos dinero, tendremos más amigos, y aliviaremos un poco a nuestro
entorno de CO2, de tráfico y de accidentes.
Tenemos muchas más metas por alcanzar, y
muy ilusionantes. Mientras tanto os recordamos que sería
bueno que redujéramos nuestros desechos, que reutilizáramos lo que podamos y
que recicláramos lo que ya no podamos usar. Algete puede y debe ser todo un
ejemplo ecológico.
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