No podemos esperar mucho de ningún político del Ayuntamiento de Algete, ni del equipo de gobierno ni de la oposición. Y no solo porque no hagan nada mientras los que ostentan el poder campan a sus anchas, haciendo y deshaciendo a su antojo, sino también por las cerradas posturas ideológicas en los que basan sus afirmaciones. Qué pensarían los líderes de los movimientos obreros del XIX si alguno de sus discípulos contemporáneos antepusiesen la importancia de los símbolos del Estado en una glorieta del pueblo a las imperiosas demandas de los ciudadanos.
Al menos en el círculo de gente con la que hablo hay una serie de prioridades:
prefieren pagar menos impuestos y tasas, optan por conservar ambos tobillos en
buen estado de salud evitando alguno de los múltiples baches que adornan
nuestro pueblo, les gustaría que se hiciera algo con la proliferación de las
ratas por todo el pueblo, o serían partidarios de que hubiera cubos amarillos
en cada punto de recogida y no grandes contenedores repartidos por algunas
calles y con lo que se motiva poco el reciclaje.
Y lo peor no es eso: lo peor es que con la que está cayendo están como
aislados de todo esto, no ven más allá de sus narices (debe ser que ven la vida
de una manera optimista o que donde ellos residen están las cosas más fáciles,
no lo sé). A lo mejor va siendo hora de fijarse un poco en lo que la gente piensa
y necesita, dejando a un lado, por ejemplo, el afán recaudatorio que hace
ampliar aceras para sacar más dinero con las terrazas, o fijarse en las zonas en
estado de abandono que tiene Algete y que ayudarían a dar más vida al
pueblo.
Es lamentable ver que no se hace nada para mejorar Algete. Por no hablar
de ciertas “cositas” de las que nos vamos enterando los que estamos más atentos
a las jugadas del Ayuntamiento, “cositas” que pueden rozar la “ilegalidad” (al
menos moral). Porque no solo hay que regirse por lo que marca la Constitución y
la Ley, sino también establecer una serie de prioridades basadas en el sentido
común para facilitar la vida de los algeteños, que para eso los hemos elegido.
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