domingo, 8 de diciembre de 2019

Cuento de Navidad: Pinocho y la conciencia

CUENTO DE NAVIDAD: PINOCHO Y LA CONCIENCIA, por Malele Caro

Alegoría a la verdad, el honor, la educación y la virtud de las personas



 

- Deberás distinguir entre el bien y el mal.

- ¿El bien y el mal? ¿Y cómo sabré?
 

- Tu conciencia te lo dirá.
 

- ¿Qué es la conciencia?
 

- ¿Qué es la conciencia? Te lo diré. La conciencia es esa débil voz interior que nadie escucha, por eso el mundo anda tan mal. ¿Qué te pasa que estás triste?
 

- Nada…(puf… me pica la nariz)
 

- ¿Por qué estas nostálgico y pesaroso?
 

- Por nada, no quiero hablar…(Ay, como me pica la nariz)
 

- ¿En qué piensas, venga habla?
 

- Sabes, ahora sé cómo se sentía el patito feo cuando fue rechazado por sus iguales, por los que decían ser amigos y compañeros, que duro es saber que no te quieren, que no cuentan contigo, que cuchichean a tus espaldas mientras te sonríen de frente, que te insultan, que te mienten, los hay que se ríen en tu cara y se piensan que uno es tonto (y yo NO compro en Media Markt, compro en mi pueblo), ahora sé cómo se sienten las personas a las que se les excluye….(Anda! ya no me pica la nariz).
 

-¿Por qué dices eso, no habrás hecho algo que les haya fastidiado?
 

-Pues que yo sepa y sea consciente no, y mira que me lo he preguntado muchas veces, pero nunca encontré la verdadera razón. Pero a quién le interese saber el porqué que vaya y les pregunte, yo ya esperé casi un año y aprendí a distinguir a los verdaderos amigos y compañeros, a los falsos, a los interesados, a los de estoy contigo pero sin ti, a los que hacen la vista gorda, a los que se hacen los ingenuos e inocentes y a los que tienen más cara que espalda.
 

-¿Un año? Vaya pues si que fuiste paciente.
 

-Que lo juzguen los demás, ahora que sé qué es la conciencia, puedo decir que la mía está bien y muy tranquila; pero no puedo dejar de pensar e imaginar en lo bonito que hubiera quedado todo el pueblo si nos hubieran incluido a todos sin excepción o que al menos hubieran dejado la oportunidad de decidir si cada uno quería o no participar. Han hecho un buen trabajo, sin duda, un año da para mucho, pero han abierto heridas que van a ser difíciles de curar.
¡A mí, que no me cuenten cuentos! O sí, que de ellos también aprendo a poner en práctica lo que aprendo.


Quiero dedicarle esta adaptación personal de Pinocho a una persona que ahora en la distancia y a muchos kilómetros de aquí (Chile) está aprendiendo a enseñar, no basta con aprender palabras, hace falta ponerlas en práctica y lo digo con conocimiento y consecuencia. Este año para mí ha sido durillo, emocionalmente agotador, por muchos motivos, pero el principal ha sido poner en práctica algo que en casa siempre enseñamos, a ser buena gente y con sentido del humor, trabajadores, empáticos, solidarios, luchadores, responsables, comprometidos, independientes y libres, sobre todas las cosas libres y felices con aquello que decidan.


Mi conciencia como madre la puse en duda, cuando se pusieron las cosas feas lo primero que pensé fue en su vuelta (en que se volviera cuanto antes) y pese a la dureza de la experiencia que en esos momentos ella vivía y vive hoy, ella hizo lo que desde casa siempre se la enseñó, a luchar en batallas bonitas y feas de esta vida y a poner en práctica las palabras honor, verdad, educación e inclusión

Moraleja:
 

Si enseñas algo en esta vida, ya sea en el ámbito que sea, sé el primero en saber que algún día tendrás que ponerlo en práctica.

Adaptación de Pinocho, Malele Caro Azañón
Autor de Pinocho, Carlo Collodi, 1883

2 comentarios:

  1. Aprender y enseñar, Malele. Si enseñar algo en la vida, se el primero en saber que un dia lo tendrás que poner en práctica. No lo comparto en su totalidad. Solo he tenido un jefe en mi vida, y solo un responsable político. No los puedo considerar unos amigos, pero me enseñaron lo que debía y no debía hacer. Un abrazo, chica de la Leica.

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  2. Es maravilloso!
    Por muy duras que sean las batallas, estoy segura de que tú siempre las ganas porque eres una gran persona. Y una excelente escritora!

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