Cada vez somos más los vecinos involucrados en el cuidado del medio ambiente. Gente de todas las edades que hemos decidido echarle una mano al planeta a través de gestos tan simples como darnos de alta en la factura electrónica de las empresas de suministros, no imprimir correos electrónicos si no es estrictamente necesario, guardar documentos en formato digital, utilizar papel reciclado, aprovechar las dos caras del papel, depositar papeles y cartones en los contenedores azules... Pequeños cambios de hábitos que no suponen un cambio de vida, pero que son la base de la ecología doméstica que está cambiando el mundo.
Resulta incomprensible y desquiciante que, ante esa vocación de ayuda por parte de la sociedad, los partidos políticos sigan mostrando tan poca sensibilidad y tanto desprecio al medio ambiente cuando se trata de pedirnos el voto, tanto para elecciones generales como municipales y autonómicas. Carteles embadurnando las paredes, banderolas amarradas a farolas, pancartas colgando de puentes, folletos y flyers por los suelos y adhesivos pegados por todas partes. Cada campaña electoral supone un despilfarro de recursos de papel y de plástico tan grande que anula los esfuerzos que los vecinos venimos realizando en nuestro día a día.
Uno de los mejores ejemplos de este absurdo despilfarro es el buzoneo personalizado de propaganda electoral. Los partidos políticos saben perfectamente que en la mayoría de los casos esos sobres rellenos de folletos y papeletas van a la papelera sin llegar a ser abiertos siquiera. Pero no les importa mucho porque tampoco lo pagan ellos.
La ley electoral obliga a las administraciones públicas a costear con el dinero de todos nosotros ese envío masivo de propaganda a aquellas formaciones que obtengan representación. Solo en el caso de las elecciones generales estamos hablando de una cantidad cercana a los 20 millones de euros, un dinero del que como mínimo más de la mitad va directamente a la papelera. Y a ello este año tenemos que sumarle europeas, autonómicas y municipales.
Pero desde Vecinos por Algete, además de denunciar este derroche de dinero público absurdo, queremos subrayar otros no menos importante: el esfuerzo de limpieza, el derroche de energía, de agua, de emisiones asociadas al reparto y de un recurso natural tan costoso de obtener como el papel. Un malgasto al que todos deberíamos de poner freno y rechazar este tipo de conductas. Por ello en Vecinos por Algete, como ya hiciéramos en las elecciones municipales de 2015, no elaboraremos ni banderolas, ni papeletas electorales, limitando la impresión de carteles y folletos, y apostando nuevamente por los formatos electrónicos para la difusión de nuestras propuestas y mensajes.
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