La finalidad del “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer” y del Manifiesto que todos los años se lee en nuestro municipio es hacer patente nuestro rechazo a la violencia de género y fomentar desde el Ayuntamiento de Algete modelos alternativos de convivencia, basados en el respeto y en la igualdad. Desde Vecinos por Algete apoyamos el Manifiesto que se leerá el próximo lunes 25 de noviembre y queremos aprovechar esta publicación para poner el foco en las víctimas de la violencia de género y en las denuncias.
Los recientes casos de violencia de género por parte de políticos, futbolistas, artistas o altos cargos han puesto en evidencia que las víctimas de violencia machista lo son incluso si no denuncian, y es que la exigencia social y mediática de que exista una denuncia penal para poder considerar a una mujer víctima de agresión sexual o maltrato machista choca con lo que dice la ley.
La jueza Gloria Poyatos, magistrada de la Sala Social del Tribunal Superior de Justicia de Canarias y cofundadora de la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE), pone un ejemplo muy gráfico: “Si a una persona la atracan en la calle y decide no denunciarlo, ¿deja de ser víctima de un atraco? La respuesta es que no. Lo mismo ocurre con una víctima de violencia machista, que no pierde la condición de damnificada por el hecho de no denunciarlo ante la Policía o en un juzgado y contar su experiencia de violencia machista de forma anónima, por ejemplo, en redes sociales”.
“La decisión de una víctima de no denunciar no la convierte en menos víctima que otra que sí denuncia”, dice Gloria Poyatos, poniendo el foco en los motivos por los que en algunos casos estas víctimas deciden no denunciar formalmente: “el riesgo de revictimización (cuando la víctima vuelve a revivir el trauma a través de interrogatorios inquisitivos) y la tolerancia social de ciertos comportamientos sexuales masculinos que inciden en que estas mujeres no sean creídas”.
La magistrada considera que el sistema penal español "no está pensado para la víctima, no representa a todas las víctimas, pues el recorrido judicial —y, en paralelo, el mediático, en muchos casos—, con la exposición de la víctima a los interrogatorios y a la pérdida de su intimidad, además de los largos plazos judiciales, no son el medio idóneo para una mujer víctima de violencia machista y actúa de repelente”
La legislación española indica que para ser reconocida como víctima de violencia machista no es imperativo interponer una denuncia en un juzgado. La resolución de la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género de 11 de noviembre de 2021 reglamentó las condiciones para el reconocimiento a efectos de las Administraciones Públicas de la condición de víctima de violencia machista; la situación de no haber presentado una denuncia penal figura entre ellas.
De cara a poder obtener recursos públicos económicos y sociales, como la asesoría jurídica, este reconocimiento público es esencial para las víctimas que hayan decidido no acudir a los tribunales. Ser víctima no depende de una denuncia jurídica, sino de que exista una base fáctica de que los hechos han ocurrido.
Y ya que hablamos de denuncias, hablemos también del bulo de las denuncias falsas contra los hombres para desacreditar la violencia de género, las políticas públicas y la respuesta institucional ante ellas.
El único dato oficial disponible sobre denuncias falsas lo da la Fiscalía que, según las cifras publicadas en la memoria de 2022, las denuncias falsas por violencia de género representan el 0,01% del total de denuncias presentadas. De hecho, desde 2009 hasta 2021 se han presentado en total cerca de dos millones de denuncias por violencia de género (1.870.923) y de ellas sólo 153 han acabado con sentencia condenatoria por ser una denuncia falsa
Ante discursos que cuestionan la metodología detrás de estas y otras cifras oficiales, desde el Consejo General de la Abogacía Española señalan, además, la importancia de diferenciar entre aquellas denuncias por violencia de género que son archivadas o sobreseídas y las que verdaderamente acaban siendo denuncias falsas. Desde este organismo explican que en muchos casos las mujeres abandonan el proceso por miedo, dependencia económica, emocional en la mayoría de los casos, sin que ello signifique que la denuncia fuese falsa.